I. Memoria sonora para la investigación militante

En septiembre de 2016 se cumplieron dos años de la desaparición forzada de 43 personas que estudiaban en la Normal Rural Isidro Burgos, en Ayotzinapa, Guerrero, presumiblemente a manos de fuerzas policiacas y militares de varios órdenes del
gobierno oficial mexicano.

Desde distintos frentes -de muy diversas denominaciones políticas- la representación de la violencia ejercida contra esta población de Ayotzinapa ha sido predominantemente visual: desde las crudas fotografías del cuerpo sin vida de Julio César Mondragón hasta los afiches estilizados del rostro de las 43 personas desaparecidas a la fuerza, pasando por la condensación simbólica del suceso en un número como es, precisamente, el 43.





























La visualidad como modo de representación, y como modo de representación periodística en particular, tiene sus alcances y limitaciones propias. El Laboratorio de Periodismo Sonoro comienza con la inquietud de explorar las posibilidades periodísticas, es decir de investigación sobre suscesos actuales y de interés público, latentes en la sonoridad, un modo de investigación marginal. Lo marginal y lo central, como temas de investigación, fueron también dos ideas que guiaron este y otros ejercicios. Los elegimos por un interés común que apela a todos los participantes de este grupo de trabajo.

Como uno de los ejercicios del Laboratorio, acudimos a la movilización en la Ciudad de México. La práctica consistió en la grabación en audio de distintas capas de la movilización, desde las consignas colectivas hasta las demandas puntuales de los padres de los desaparecidos, pasando por la música de bandas de Guerrero y el sonido de vendedores ambulantes.






























En este video en particular, que hicimos en colaboración con integrantes de La Sandía Digital, recuperamos varias capas sonoras de la movilización, y la complementamos con foto fija que sirviera como sustrato para la transmisión de un sonido que en las movilizaciones es de difícil acceso para todos: la voz de la demanda, encarnada en los padres de las personas desaparecidas. En segunda y tercera capas pueden escucharse demandas colectivas, encarnadas en consignas lanzadas por grupos de estudiantxs (que en la movilización estaban agrupadas por género) actuales de la Normal Rural Isidro Burgos. En una tercera capa de audio pueden esucharse músicxs de Guerrero animando la movilización.

Este ejercicio es la modalidad práctica de un diálogo que en el laboratorio habíamos comenzado meses atrás con la traducción colaborativa de las 10 Tesis Preliminares sobre la Investigación Sonora Militante, trabajo del colectivo Ultra-red.

En las líneas siguientes buscamos aclarar algunos de los conceptos clave de la discusión previa al ejercicio, para distinguir el tipo de conocimiento que puede ser generado a partir de estos ejercicios de investigación sonora.

II. La investigación sonora militante y la pedagogía de los oprimidos.

La contribución de Ultra-red, cuya traducción puede encontrarse acá, está sumamente condensada y obvia algunos conceptos que, no obstante, son clave para la comprensión del tipo de investigación de que se ocupa el trabajo sonoro militante.

Algunos de estos conceptos son "el deseo" y la "participación simbólica". Ultra-red cita en sus tesis a Paulo Freire, cuya teoría pedagógica para la emancipación puede encontrarse en "La Pedagogía de los Oprimidos".






























Freire parte de la observación del fenómeno de la educación. Observa que en su implementación más común, generalizada e incluso recomendada y soportada por infraestructuras gubernamentales, la educación tiene mecanismos similares a los de un banco. De hecho, le llama a este tipo de formación, "educación bancaria".

Ella tiene una narrativa particular: quienes se juzgan poseedores del conocimiento juzgan al mismo tiempo a otros como ignorantes. Juzgan también que su misión como educadores es "llenar" de conocimiento los objetos pasivos y vacíos que son sus estudiantes. Freire describe una serie muy específica de indicadores de este tipo de educación, incluyendo la elección de los programas educativos, entre otros. Simplificando, el resultado del modelo de educación bancaria es un sujeto que ha perdido gran parte de la capacidad de agencia sobre su propia generación de conocimiento.

Retomando un argumento de Erich Fromm, Freire llega a la conclusión de que, en su angustia para recuperar su capacidad de agencia, este sujeto se subordina e identifica con las personas o grupos que lo han despojado del poder.

En sus 10 tesis preliminares, el colectivo Ultra-red critica el concepto de la "participación simbólica", que ha sido recogido por la teoría contemporánea del desarrollo, donde a través de instituciones (universidades, organizaciones no gubernamentales, etc.) se mantiene la ilusión de participación política.

Esta ilusión vive del "deseo", este deseo, al que el colectivo hace referencia cuando indica que "a través tanto de partículas magnéticas como de código binario, la experiencia penetra en la grabación y se hace susceptible de ser repetida y analizada [...] Es como si la necesidad, la demanda y el deseo se concretaran (a través de dicha grabación".





























El colectivo entiende entonces la investigación como el cuestionamiento (en inglés inquiry tiene la doble connotación de investigación y cuestionamiento) sobre los deseos de participación política y cómo los satisfacemos, sobre las necesidades compartidas y sobre las demandas que se hacen explícitas.

Esta intervención tiene como fruto conocimiento no como parte de un proceso de producción de "valor" en el sentido de la cadena productiva, es decir, como un producto que nos sitúa más alto en la "escala" de la participación institucional, en el aparato económico de desarrollo. Más bien, este conocimiento es el fruto del cuestionamiento de los términos en que justamente está propuesta esa participación.

Ultra-Red señala la naturaleza inconsciente de esos términos de participación vicaria a través de las clases con poder: las esperanzas y los miedos.

La investigación sonora militante es, entonces, una búsqueda de las afectividades: particularmente las esperanzas y los miedos, y un cuestionamiento de si nuestras afectividades responden al deseo de pertenecer al poder que despoja del poder.

La investigación sonora militante es, también, una crítica de ese activismo que, en lugar de organizar el silencio para encontrar necesidades, deseos, esperanzas y miedos y las implicaciones políticas que ellos contienen, asume una actitud patronal frente a lo "activado" y siente el silencio como una falla política.































El activismo tradicional pronto asumió la forma de un conjunto de patrones ideológicos (maestros en el sentido de Freire). Por el contrario, los investigadores sonoros militantes se proponen como técnicos del silencio, facilitadores del silencio para escuchar con el objetivo de generar colaboración para la organización de la lucha.

En la versión digitalizada de los sonidos de la movilización de Ayotzinapa se escuchan muchas voces, algunas amplificadas y otras camufladas.

“No descansaremos hasta saber el paradero de nuestros hijos. Que es lo único que es nuestro, que es lo único que es nuestro, de nosotros, los pobres, ¡carajo!”

¿Qué deseos, qué esperanzas, qué miedos pueden conocerse a partir de la escucha compartida para la generación de colaboración? ¿Cómo puede esta organización del silencio ser aprovechada para la organización de la lucha? ¿Qué nos dicen estas afectividades sobre nosotros mismo?


Pónganse los audífonos.








Cuestionando afectividades: memoria sonora de Ayot2inapa
Audio: Memoria Sonora 1
Audio: Memoria Sonora 2
Audio: Memoria Sonora 3
Audio: Memoria Sonora 4
Audio: Memoria Sonora 5
MarcosGe, LPS
Laboratorio de
Periodismo
Sonoro